14 de enero de 2014

¿QUIERES HIJOS AUTÓNOMOS?



El sueño de muchos padres es que sus hijos sean autónomos e independientes, sin embargo varía bastante la edad a la que quieren que logren esto y sobre qué hitos esperan poder observarlo.

La dependencia tiene muy mala prensa, quizás es porque todo ser humano proviene de la más absoluta dependencia y en la medida que nos desarrollamos ésta disminuye, resalto esta parte: “en la medida que nos desarrollamos”.

El camino hacia la autonomía es evidentemente paulatino y no necesariamente lineal, aquí muchos padres y madres tienen problemas por tener expectativas irreales de los procesos de maduración de los hijos.

Para tornar todo más complejo, los niños/as, incluso hermanos/as, no tienen la misma velocidad, frecuencias, ritmos ni descansos, en su maduración y desarrollo. Al parecer intentar hablar sobre la dependencia de los niños es un fenómeno complejo con un amplio número de factores a considerar.

La dependencia en la infancia es natural, esperable y sana, el camino hacia la autonomía es lento, paulatino, incluye retrocesos y rápidos avances también. Los niños/as nos van diciendo con su comportamiento cuándo están listos para pasar a una segunda o tercera etapa.

Al principio un bebé en vigilia no tolera la separación con su cuidador ni por un instante, al pasar los años estos tiempos de tolerancia van extendiéndose y cuando eso no ocurre el niño/a no ha experimentado los niveles de seguridad suficiente que le permitan avanzar en el camino de la autonomía. Esto es muy importante, la seguridad que un ser humano experimentó sobre todo en la primera etapa de la vida, va entregarle llaves que abren puertas de autonomía, autoconocimiento y autoestima.

Si quieres fomentar la seguridad de tus hijos, acepta que dependen de ti, satisface desde un principio su necesidad básica de contención, cercanía y permanencia. El niño/a seguro/a es el que primero logra salir a explorar sin desafiar el peligro.

Suele ocurrir que cuando los padres y madres se quejan de lo dependientes de sus hijos, se presentan dos variables como más probables, que el hijo/a haya experimentado la profunda sensación de abandono (siendo esta real o circunstancial) en algún momento de su vida y se haya instalado el temor a la pérdida, o bien los padres han entregado el mensaje abierto o encubierto de que  el mundo es peligroso y si se aleja le puede ocurrir algo malo.

¿Quieres hijos autónomos? Bríndales la confianza básica necesaria para hacer frente a los obstáculos, apóyalos en la derrota, tolera sufrustración y guíalos por el camino de la inteligencia emocional.


¿POR QUÉ LASTIMAMOS A QUIEN AMAMOS?

¿POR QUÉ LASTIMAMOS A QUIEN AMAMOS?

Mario Guerra, Terapeuta y  tanatólogo



Lastimar a quien se ama, como veremos a continuación resulta algo tan común, como muchas veces inevitable dentro de una relación cercana con otra persona.
Sin embargo, darnos cuenta y buscar caminos para la reparación y evitar que esto se repita, puede mejorar la calidad de una relación.



Distintas formas de lastimar en una relación:

13 de enero de 2014

El alcohol y la adolescencia (consecuencias).

El alcohol y la adolescencia
(TESTIMONIO)


Bueno, y esta noche... ¿¿qué hacemos??



   Normalmente, nosotros, los jóvenes, cuando hacemos esa pregunta un viernes o un sábado, incluso un jueves, el 50% de la respuesta, al menos en la mayoría de los jóvenes está ya contestada, (no hay que generalizar, que hay hijos ejemplares por ahí sueltos y se merecen nuestro aplauso).
- Ir a tomar unas copas si la economía nos lo permite es, sin duda uno de los mejores planes.

- Si andamos escasos de dinero, un botellón es la segunda opción.

El otro 50% de la pregunta, se refiere al sitio, discoteca, pub o cualquier espacio allá donde podamos reunirnos con los nuestros, charlar, beber, reirnos, beber, divertirnos, beber, conocernos, beber, reirnos más, beber más, hablar menos, beber más, bailar más, beber más...

Pero si te paras a pensarlo, aunque sólo sea pensarlo, esto de beber para reirnos, conocernos, ligar...todo esto es el principio de una cadena.


Estamos hartos de oír a nuestros padres decirnos, no bebas, no fumes, no te juntes con esa gente, no te vistas así.....al menos algunos padres. Otros por el contrario, son el extremo opuesto, que tampoco es lo conveniente.

Lo ideal, el término medio.

Pero....entonces, el término medio para todo. Tampoco es conveniente salir de marcha y por sistema emborracharse al máximo, no hace falta, ¡de verdad!

Yo creo que debemos encontrar un equilibrio.
La vida, cuanto más equilibrada mejor, que ya bastante dura y difícil es, como para encima ir lanzándonos piedras a nuestro tejado.

Volviendo a la cadena, al final de la cadena, todos lo sabemos, pero también todos la ignoramos.
Parece ser que siempre tendemos a irnos por el lado oscuro, es decir, siempre tenemos dos opciones, hacerlo bien o hacerlo mal.

Evidentemente, esto no es tan fácil y tampoco se puede hablar en términos absolutos, a veces, el hacerlo bien nos parece más difícil porque tenemos que dar la cara, o nos parece más aburrido porque no corremos ningún riesgo, tenemos que pensar más, etc...
El hacerlo mal puede parecernos la manera más rápida, o asegurarte algo cueste lo que cueste.
Con lo "fácil" que es pensar en las consecuencias y entonces decidir el camino.
Pero es que pensar en las consecuencias de algo que queremos o de algo en lo que creemos....eso sí que es difícil.