21 de junio de 2013

PERSONAS QUE SE AUTOLESIONAN... ¿QUE ES LA AUTOLESION? INVESTIGACION Y ALTERNATIVAS


 La  Auto-Lesión



Todos llegamos hacer cosas que no son buenas para nosotros y que nos hacen daño.  También hacemos cosas que nos hacen daño físico pero que su intención principal es para algo diferente.  Algunas formas de hacerse daño son culturalmente sancionadas mientras que otras son vistas como patológicas. ¿Cuál es cuál?

Para distinguirlos se puede analizar si el hacerse daño es deliberado y causa un daño físico de inmediato.  Por ejemplo, cortarte, quemarte o pegarte con un martillo son claramente actos de auto-lesión inmediata y deliberada.  En cambio el fumar, los problemas alimenticios, el no hacer ejercicio, etc. son actos que hacen daño a la larga pero en el momento de hacerlos no se  busca un daño inmediato.  Ahora bien, ¿dónde quedan los tatuajes y el piercing (hacer perforaciones para aretes, anillos, etc)?
El primer paso para clasificar la autolesión, como lo demostró Favazza (1996), es decidir qué tipo de autolesión es patológica y qué tipo es culturalmente sancionada.
La autolesión que es socialmente sancionada se divide en dos grupos: Rituales y Prácticas.  Modificar el propio cuerpo (tatuajes, piercings, etc) puede caer en cualquiera de estos dos grupos.
Los Rituales reflejan una tradición cultural, y normalmente tienen una fundamentación simbólica, y representan una forma en que el individuo se conecta con su comunidad.  Los Rituales pueden tener el propósito de curación, de expresión de espiritualidad, o para fines de demostrar un orden social.  En cambio las Prácticas tienen poco significado cultural o simbólico y muchas veces son una respuesta a lo que está de moda.  Las Prácticas se hacen con fines de decoración y/o para identificarse con un grupo cultural.
La auto-lesión patológica se puede clasificar en: fines de suicidio, auto-mutilación (que se subdivide en mayor, estereotípica y superficial / moderada), o en conducta enferma.


Kahan y Pattison (1984) identificaron tres componentes en los actos de autolesión: dirección, letalidad y repetición.
Dirección
Se refiere a que tan intencional fue la conducta.  Un acto con intención es aquel que se logra en un lapso de tiempo corto, se está consciente de los efectos dañinos que tiene y propositivamente se busca lograrlos.  De no ser así, se considera un acto indirecto de auto-lesión.
Letalidad
Se refiere a la posibilidad de que el acto resulte en la muerte, ya sea de inmediato o en un futuro próximo.  En un acto letal casi siempre la intención es la muerte.  Si no se quiere o se piensa en la posibilidad de morir, el acto no tiene el componente de letalidad.
Repetición
Se refiere a si el acto se hace una vez o se repite con frecuencia por un período de tiempo.  Si el acto se considera repetitivo es que se realiza varias veces.






La siguiente tabla da ejemplos de la combinación de los tres componentes.
La siguiente tabla da ejemplos de la combinación de los tres componentes.
Repetitivo
Conducta Directa
Conducta Indirecta
Alta letalidad
Baja letalidad
Alta letalidad
Baja letalidad

tomar dosis pequeñas de arsénico por un lapso de tiempo
autolesión: cortarse, quemarse, pegarse, etc.
diabético tipo 1 que no se inyectan su insulina
fumar, alcoholismo
No
disparo en la cabeza
auto-mutilación mayor
pacientes terminales con cáncer que no aceptan la quimio
caminar en el centro solo a las 3 a.m.


Definiciones

Una muy buena definición de lo que es la autolesión se encuentra en Winchel y Stanley (1991), que la definen de la siguiente manera:


… el cometido de deliberadamente hacerse daño a su propio cuerpo.  La lesión se hace a uno mismo, sin la ayuda de otra persona.  La herida es lo suficientemente severa para causar daño en los tejidos (y dar como resultado cicatrices o marcas).  Los actos que tienen una intención suicida o que están asociados a la excitación sexual están excluidos de esta definición.
El Diccionario Médico de Mosby (1994) da la siguiente definición:
… estado en el que se encuentra un individuo que tiene un alto riesgo de hacerse daño pero no de matarse, y que produce daño en los tejidos y logra aliviar la tensión que siente.  Los grupos de alto riesgo son las personas que son incapaces de manejar tensión psicológica de manera sana, estar en estado de ansiedad, culpa o despersonalización, en necesidad de estimulación sensorial para regresar a la realidad, deprivación de cuidado paterno / materno o perteneciente a una familia disfuncional.

Gente en riesgo incluye a pacientes con personalidad limítrofe (especialmente mujeres entre 16 y 25 años de edad), pacientes en estado sicótico (frecuentemente varones jóvenes adultos), niños golpeados o con disturbios emocionales, niños con retraso mental o autistas, pacientes con un historial de auto-lesión, o con un historial de abuso físico, emocional o sexual.
Malon y Berardi (1987) hacen un resumen del proceso que consideran subyace a la autolesión:
Los investigadores han descubierto patrones comunes en la conducta de cortarse.  El estímulo que lo provoca parece ser una amenaza de separación, rechazo o decepción. Lo que sustenta la conducta es un sentimiento de tensión abrumante y de soledad derivante de un miedo al abandono, de odio a sí mismo, y de una aprehensión de ser capaz de manejar su propia agresión.  La ansiedad se incrementa y culmina en una sensación de irrealidad y vacío que produce un adormecimiento de las emociones y la despersonalización.  El cortarse es un medio primitivo para combatir la despersonalización.
Este resumen coincide con la definición que da Mosby a cerca de los que son más susceptibles a la autolesión.
Aquí está enfocado a la autolesión moderada / superficial, que es directa, repetitiva y con un grado bajo de letalidad.  La auto-lesión moderada se puede subdividir en impulsiva y compulsiva.
Diversidad en la auto-lesión
Favazza (1986) clasifica a la auto-lesión en tres tipos:
1.     Auto-mutilación mayor (incluye cosas como castración, amputación de miembros, sacarse los ojos, etc.) es un fenómeno poco común y normalmente está asociada a estados sicóticos.
2.     Autolesión estereotípica incluye acciones como golpearse la cabeza rítmicamente contra una pared, etc.  Este tipo de AL se presenta principalmente en personas con retraso mental, autistas o sicóticos.
3.     Autolesión superficial o moderada.  Este tipo de Autolesión es el más común y es del que se trata este sitio.  Incluye cortarse, quemarse, rascarse hasta sangrar, arrancarse el pelo, romperse huesos, pegarse, lastimarse sobre una herida deliberadamente, interferir con la saneamiento de una herida, y casi cualquier método en que uno mismo se infrinja daño físico.  En estudios clínicos y en una encuesta informal, el acto más popular fue el de cortarse, y los lugares más comunes fueron las muñecas, parte alta del brazo, y la parte interior de los muslos.  Mucha gente ha usado más de un método, sin embargo prefieren uno sobre los otros, y casi siempre se dañan en los mismo lugares.

Favazza (1996) subdivide a la auto-lesión superficial/moderada en tres tipos: compulsiva, episódica, y repetitiva.

Auto-lesión compulsiva
La autolesión compulsiva tiene diferencias de carácter en comparación con las otras dos, y está asociada con el desorden obsesivo-compulsivo.  El auto-daño compulsivo incluye el arrancarse el pelo (tricotilomanía), fricción excesiva de la piel, y excoriación cuando se hace para remover defectos percibidos en la piel.

Estos actos pueden se parte de un ritual obsesivo-compulsivo con pensamiento insistentes: la persona al hacerse daño trata de aliviar la tensión y prevenir algo terrible que piensan puede pasar.

La autolesión compulsiva tiene una naturaleza diferente y  raíces diferentes de la auto-lesión impulsiva (episódica y repetitiva)

Auto-lesión impulsiva
Tanto la autolesión episódica como la repetitiva son actos impulsivos, y la diferencia entre ellos tiene que ver más con el grado o nivel de hacerlo.


La auto-lesión episódica es una conducta llevada a cabo tan a menudo que la persona que lo hace ni lo piensa y no se consideran como gente que se hace daño.  Generalmente es un síntoma de algún otro desorden psicológico.
Lo que empieza como una auto-lesión episódica puede escalar hasta llegar a ser repetitiva.  Muchos terapeutas (Favazza and Rosenthal, 1993; Kahan and Pattison, 1984; Miller, 1994; entre otros) consideran que la auto-lesión repetitiva debería estar clasificada por separado en el Eje I como trastorno del control de los impulsos no especificados.
La auto-lesión repetitiva se caracteriza por conscientemente considerar el hacerse daño incluso aunque se lleve a cabo, y las personas se identifican a sí mismas como gente que se autolesiona.
La autolesión episódica se vuelve repetitiva cuando lo que inicialmente era un síntoma se vuelve una enfermedad en sí misma (como se puede constatar en mucha gente que se hace daño y describe a la auto-lesión como ‘adictiva’). Es impulsiva por naturaleza, y normalmente se convierte en una respuesta reflejo a cualquier tipo de estrés, positivo o negativo.  Así como los fumadores que agarran un cigarro cuando se sienten abrumados, los que se auto-lesionan de manera repetitiva agarran un encendedor o una navaja, o un cinturón cuando ya no pueden soportar una situación.
En un estudio de personas con bulimia que se autolesionan, Favaro y Santonastaso (1998), utilizaron una técnica estadística llamada análisis factorial para distinguir entre los actos compulsivos de naturaleza y los impulsivos. Reportaron que el vomitar, morderse las uñas de manera severa y jalarse el pelo estaban cargados con un factor compulsivo.  En cambio, intentos de suicidio, abuso de substancias, abuso de laxantes, cortarse la piel y quemarse estaban cargados de un factor impulsivo.
Los actos de auto-lesión ¿se deben de considerar como intentos manipulativos de suicidio?
Favazza (1998) es muy categórica y definitiva cuando afirma que “la autolesión es diferente al suicidio.  Revisiones de importancia han apoyado y sustentado esta diferencia. Algo básico de entender es que la persona que realmente intenta suicidarse busca terminar con toda emoción, en cambio la persona que se autolesiona busca sentirse mejor”
Aunque algunas veces a las conductas de autolesión se les llama “parasuicidas”, la mayor parte de los investigadores reconocen que la gente que se hace daño generalmente no tiene la intención de morir como resultado de sus actos, sino que busca sobrevivir y le ofrece un alivio a su malestar.  En contraste “se ha reportado que intentos de suicidio no proveen alivio, no se repiten frecuentemente y no tienen un valor comunicativo menor” (van der Kolk et al., 1991).  Ahora bien, hay casos en que pacientes que se autolesionan sufren de se excluidos por la sociedad y por desesperación puede que intenten suicidarse.
No obstante los actos de auto-lesión no son un intento de suicidio, puede llevar a idear un suicidio, o incluso cuando un autolesionador se le pasa la mano, llega  a suicidarse.
Herpertz (1995) hace notar que la gente que se autolesiona distingue de manera precisa entre los actos de autolesión y los suicidas.  Solomon y Farrand (1996) dicen que “aunque los actos de auto-lesión y los suicidas se confunden, su significado es distinto.  Lo que emerge es una liga entre los dos actos: la autolesión es una alternativa al suicidio, y es una alternativa preferible”.



En una revisión de la literatura, Favazza (1998) señala que es únicamente recientemente que la auto-lesión se le reconoce como una manera enferma de manejar emociones, la cual se podría convertir en suicidio cuando el paciente siente que ya no tiene escape o alternativa.  Nos dice que “tradicionalmente se a trivializado (corte suave de las muñecas), mal-identificado (intento de suicidio) y considerado como un síntoma (de la personalidad limítrofe)”, cuestión que tiene que cambiar al ir informando a los profesionales de la salud.
Otra referencia que apoya lo distintivo de la naturaleza de un acto de autolesión, viene de un estudio de diagnóstico psiquiátrico entre gente que se auto-lesiona en contraste con la gente que intenta suicidarse (Ferreira de Castro et al., 1998).  En el Eje I, 14% de auto-lesionadores (AL) fueron diagnosticados con depresiones mayores, opuesto al 56% de los que intentaron suicidarse (IS).  Con respecto a la dependencia al alcohol, 16% de AL fue diagnosticado en contrate con 26% de IS. Únicamente el 2% del grupo de AL se les consideró esquizofrénicos y del grupo IS, al 9%. Fue más común que el grupo de AL un trastorno distímico (12% vs. 7%), o bien de ser diagnosticados con  trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo (24% vs. 6%).  Claro que el hecho de que el grupo de los que se intentó suicidar pudo influenciar el diagnóstico relacionados con la depresión.
El estudio reveló que las personas que se hacen daño para morir y las personas que se hacen daño para poder lidiar con su estado emocional, presentan perfiles psiquiátricos muy diferentes.
Encuestas informales vía el Internet demuestran que muchos de los que se auto-lesionan están muy conscientes de la cuerda floja por la que caminan, y también muy resentidos con los médicos y profesionales de la salud mental que confunden los incidentes de autolesión por intentos de suicidio, sin darse cuenta que es un intento desesperado de no suicidarse.
¿Es lo mismo la Auto-lesión que el síndrome de Munchausen u otros similares?

Una vez más la respuesta es NO.  Poca investigación se ha realizado entre la vínculo entre AL y Munchausen o síndromes similares, sin embargo profesionales de la salud confunden ambos.
En la Autolesion, la persona se hace daño para escapar de una tensión emocional y fisiológica que no puede soportar; en Munchausen las heridas que se provocan son deliberadas y calculadas para producir síntomas específicos logrando así ser admitidos en un hospital.  Aunque algunos de los que se autolesionan desean la hospitalización, es casi siempre a la sección psiquiátrica y no a piso general.  Pacientes con Munchausen, por otro lado, le huyen a cuidado psiquiátrico y buscan ser admitidos a un hospital general.
¿Qué no es autolesión?
Mitos

1. La herida no esta ” tan mal “, por lo tanto el problema no es serio. ¡Mal!
Usted no puede juzgar la seriedad del trastorno emocional de una persona por la severidad de un corte causado a sí mismo, ni el problema. Todo dependerá de la persona que se autoagrede, como considere el problema y como sea su manera de afrontarlo.

2. La gente que se auto hiere debería ser internada en una clínica psiquiátrica. ¡Mal!
La auto herida es el resultado de dominar emociones y pérdida de control. La colocación de alguien que se siente así en una institución podría causar daños peores.

3. Las personas que se auto lastiman tratan de llamar la atención. ¡Mal!
Los que se auto lastiman pueden necesitar ayuda pero no lo hacen para llamar la atención, de hecho la mayoría trata de ocultar sus heridas y cicatrices y/o no sabe porqué tiene esta conducta

4. Los que se auto lastiman solo tratan de manipular a otras personas, como los padres, amigos, novios etc. ¡Mal!
Algunos utilizan el auto herirse como forma de manipulación, pero la mayoría no. Si tu crees que alguien se auto lastima para llamar la atención, trata de enfocarte en que es lo que ellos quieren y asístelos para conseguir ayuda, si es posible contacta a un adulto de confianza y/o ayuda profesional.

5. Los que se auto lastiman representan un peligro para otras personas. ¡Mal!
El auto herirse es una actividad privada. La ira se canaliza hacia la propia persona y solo ella. No es acerca del efecto en las demás personas.
6. Las personas que se auto hieren no sienten dolor. ¡Mal!  Para algunos, el dolor no se siente de inmediato durante el proceso de auto herirse, pero definitivamente sienten dolor después.

7. El auto lastimarse es un desorden de personalidad. ¡Mal!
La enfermedad que cause las autolesiones pueden ser muchas y no tienen porqué desarrollar esta conducta. No todas las personas con un desorden de personalidad se auto lastiman o viceversa.

8. Solamente las mujeres adolescentes se auto lastiman. ¡Mal!
El perfil epidemiológico es extenso y continúan debatiendose dependiendo del país, ambiente, sexo y edad. No puede decirse que solamente una clase de personas se autolesionen.

9. El auto lastimarse es un intento de suicidio equivocado. ¡Mal!
Las personas que se auto lastiman no están intentando suicidarse. Ellos están usando el auto herirse como un modo para tratar las emociones difíciles y aplastantes, tengan o no conocimiento de ello. Su intención no es la de morir, aunque esto pueda suceder.

10. No hay nada que puedas hacer para ayudar a alguien que se auto lesiona. ¡Totalmente falso!
Las personas que se auto lastiman seguro necesitan ayuda profesional pero tambien el cariño y la comprension de la gente que las rodea. Es necesaria la empatia, escuchar sin enjuiciar, tener información y sentido común.


¿Por qué se Autolesiona?

Este puede ser el aspecto de la autolesión (automutilación)  que más intriga a la gente que no lo hace.  ¿Por qué alguien escoge hacerse daño físico a sí mismo?  Debido a que la mayoría de la gente no se puede imaginar a sí mismos haciendo tal cosa bajo ninguna circunstancia, muchos rebajan a la autolesión como una conducta “sin sentido” o “irracional”.  Y a primera vista, en efecto, eso es lo que parece.
Generalmente la gente hace cosas por razones que les hace sentido a ellos mismos.  Las razones pueden no ser claras o puede que no encajen en nuestro marco de referencia, pero existen, y el reconocer su existencia es crucial para entender la autolesión.  El entender las razones detrás de un acto particular de autolesión ayuda a comprender las habilidades que están haciendo falta para manejar situaciones estresantes.  Cuando sabes qué habilidades faltan, entonces puedes tratar de empezar a introducirlas.
Hay que tener muy claro que la gente que se autolesiona (automutila) no piensa en función de que si dejan la autolesión estarían actuando de manera “normal”.  La gente que se autolesiona no tiene alternativa, ya que sienten que si no lo hacen van a perder control de la situación y posiblemente se tengan que suicidar.  La autolesión se convierte en una elección forzada para hacer frente a sus miedos, angustias, tristezas.
Motivaciones psicológicas
Una gran cantidad de artículos proponen las posibles motivaciones que llevan a la conducta de auto-lesión, recopilado de los que se autolesionan dicen que la AL hace por ellos (Miller, 1994; Favazza 1986, 1996; Connors, 1996a, 2000; Solomon & Farrand, 1996; Ousch et al., 1999; Suyemoto, 1998; entre otros):Escapar del sentimiento de vacío, de irrealidad, de la depresión
Acabar con la tensión
Encontrar alivio: cuando emociones intensas se van acumulando, la gente que se auto-lesiona se sienten atosigados y no saben como hacer frente a la situación.  Al causar un dolor, reducen el nivel emocional y fisiológico acumulado a  uno que sea manejable.
Calmar el odio: muchos autolesionadores tienen dentro de ellos enormes cantidades de rabia.  Por el miedo a expresarla, se lesionan como método de airear sus emociones.
Abandonar el adormecimiento emocional: muchos dicen que para sentir algo, para saber que siguen vivos, requieren sentir algo concreto y real como es el dolor físico de una auto-lesión.
Estar en la realidad:  para manejar los estados de despersonalización y disociación, un dolor físico puede regresarlos a la realidad.
Elemento de seguridad o sentimiento de valía: la autolesión como herramienta que da seguridad y les da una sensación de valor.
Lograr un estado de euforia, para lograr manejar la situación en la que se encuentran:
-- Prevenir el suicidio
-Forma de expresar dolor emocional el cual ya no pueden soportar
-Influenciar la conducta de otros
-Comunicar a otros la gravedad de su desesperación
-Comunicar a otros la necesidad de ayuda
-Expresar o reprimir su sexualidad
-Expresar o manejar sentimientos de enajenación
-Validar su dolor emocional: las heridas sirven como evidencia de que sus sentimientos son reales.
-Continuar con patrones de abuso: en lo general los auto-lesionadores sufrieron abuso (sexual, verbal o físico) en su infancia.
-Castigarse a uno mismo por ser “malo” o “mala”
-Obtener un alivio bioquímico:  hay la idea de que los adultos que fueron repetidamente traumatizados cuando niños, les cuesta mucho trabajo lograr regresar a un estado base “normal”, y en cierto sentido, se vuelven adictos a estar en crisis.  La autolesión puede perpetuar este tipo de estado de crisis.
-Desviar la atención (tanto interna como externa) de temas que son muy dolorosos para abordar o analizar: el dolor físico substituye al dolor real.
-Ejercer una sensación de control sobre el cuerpo de uno mismo
-         Prevenir que algo peor suceda.
Todas estas razones se pueden agrupar en tres categorías:
1.     Regulación de emociones.  Uso de la autolesión (automutilación)  para tratar de regresar al cuerpo a un equilibrio cuando se está frente a una turbulencia de sentimientos abrumadores.  Esto incluye el poder reconectarse con su cuerpo después de un episodio disociativo, tranquilizar al cuerpo en momentos en que se despiertan fuertes emociones o estados fisiológicos incómodos, validar el sufrimiento interno expresándolo de manera externa,  y evitando el suicidio debido a lo incontenible de los sentimientos.  En muchos sentidos, como lo dice Sutton, la autolesión es un “regalo de sobrevivencia”.  Puede ser la elección más integradora y de auto-preservación que se tiene de una gamma muy limitada de opciones.


2.     Como medio de comunicación. Algunos usan la autolesión (automutilación)  como un vehículo para expresar cosas de las cuales no pueden hablar. Cuando se quiere comunicar con otros, se puede pensar que la AL es una manipulación.  Sin embargo, en general la manipulación es un intento indirecto de lograr un cometido;  si una persona aprende que un método directo de pedir algo es escuchado y atendido, entonces la necesidad de utilizar métodos indirectos decrece. Por lo tanto, entender que un acto de auto-lesión tiene el cometido de tratar de comunicar puede ser crucial para manejarlo de manera efectiva y constructiva.
3. Para controlar o castigar.  En esta categoría se incluyen la reactuación de traumas, regateo y los pensamientos mágicos (si me lastimo, entonces lo malo que me puede suceder no sucederá), proteger a otros, y auto-control.  El auto-control se sobrelapa en cierto sentido con la regulación de emociones; de hecho casi todas las razones para auto-lesionarse enlistadas tienen un elemento de influir sobre el control de uno mismo.
En una teoría expuesta por Miller (1994) en la que combina las tres categorías, explica el porqué la mayoría de las personas que se autolesionan (automutilan) son mujeres. Las mujeres socialmente no se les permite expresar la violencia y agresión que tienen de manera abierta, y cuando se confrontan con su propia rabia tienden a expresarla hacia adentro.
Miller dice que “los hombres actúan hacia fuera, las mujeres actúan hacia fuera actuando hacia dentro”.  Otra razón por lo que hay más mujeres que hombres que se auto-lesionan, es que los hombres socialmente están acostumbrados a reprimir sus emociones.  En vista que la autolesión resulta en parte de una invalidación crónica, de decirte que lo que se sientes está mal o equivocado o inapropiado (Linehan, 1993ª), se podría así explicar la disparidad de género entre los que se auto-lesionan: los hombres en general fueron  educados a contener sus emociones para sí mismos.
Alexitimia
Alexitimia es un constructo psicológico bastante reciente que describe el estado  de no ser capaz de describir las emociones que uno está sintiendo.  La alexitimia fue relacionada con conductas de auto-lesión en un estudio de Zoltnick, et al (1996).  Este estado es congruente con el estado emocional de la gente que se hace daño antes de causar la herida: con frecuencia no pueden especificar ningún sentimiento que estaban experimentando.
Esto es muy importante para comprender la función comunicativa que tiene la autolesión (automutilación) : “En lugar de usar palabras para expresar los sentimientos, una comunicación alextímica es un acto dirigido a lograr que los demás sientan esos mismos sentimientos” (ídem)

Desarrollo de capacidades e invalidación
Una de las teorías constructivistas de la conducta de autolesión (Deiter, Nicholls, & Pearlman, 2000), sostiene que en general la gente que se auto-lesiona no desarrollaron tres capacidades importantes:

-la habilidad de tolerar emociones fuertes
-la habilidad de mantener un sentido de auto-valoración
-la habilidad de mantener la sensación de conexión con otros
La primera se refiere directamente al papel que tiene la autolesión en lograr regular las emociones; las otras están más relacionadas con la función comunicativa de AL.
Pearlman et al (2000) hacen notar que cuando los “niños se les avergüenza o les aplican el castigo retórico, o bien respuestas violentas y físicas en lugar de palabras sensibles” no logran  internalizar que los demás son cariñosos y por lo tanto no logran desarrollar la capacidad de mantener cierto sentido de conexión con otros.
La habilidad para percibir, tolerar e integrar emociones fuerte no se puede desarrollar del todo cuando los sentimientos intensos que uno tiene son recibidos con castigo, incredulidad o burla.  Tener la sensación que algunos sentimientos no son aceptables ni permitidos también imposibilita desarrollar esta habilidad.
Además, la habilidad de mantener un sentido de uno mismo como persona que vale, no se puede desarrollar cuando el niño o niña sienten que nunca son lo suficientemente buenos, cuando su existencia y logros son recibidos con silencio o con palabras o acciones déspotas.
Todas estas condiciones se encuentran en ambientes que propician la invalidación de la persona, lo cual ha sido relacionado con el uso de la auto-lesión en l futuro.
Para terminar, Haines y Williams (1997) encontraron que la gente que se hace daño reporta que para manejar situaciones estresantes utilizan más la estrategia de evasión, y perciben tener menos control sobre las opciones para enfrentar el problema.  Este sentimiento de impotencia puede después convertirse en invalidación crónica que muchos auto-lesionadores experimentan.

Aspectos fisiológicos: lo que investigadores han encontrado

La gente que se hace daño tiende a ser disfóricos, es decir, experimentan un estado depresivo con un alto grado de irritabilidad y sensibilidad al rechazo todo con cierta base de tensión; este cuadro lo presentan incluso cuando no están activamente haciéndose daño.
El patrón que encontró Herpertz (1995) indica que hay algo, normalmente un estresor interpersonal, que incrementa el nivel de disforia y tensión a un nivel insoportable.  Los sentimientos dolorosos se vuelven angustiosos, como si las emociones usuales y incómodas usuales que subyacen en su vida escalan a un máximo punto crítico.  El hacerse daño tiene la función de lograr un alivio transitorio de estas emociones (niveles elevados de irritabilidad y sensibilidad al rechazo).  Esta conclusión es apoyada por el trabajo de Haines y sus colegas.
Haines et al (1995) realizaron un estudio con dos grupos de sujetos, uno de autolesionadores y otro de no-autolesionadores.  A ambos grupos se le llevó a través de fantasías guiadas.  Cada sujeto experimentó los mismos cuatro escenarios en orden aleatorio: una escena en donde se tenían que imaginar agresión, una escena neutra, una escena con una lesión provocada por un accidente, y una escena donde la auto-lesión era imaginada.
El guión de las escenas tenía cuatro etapas: presentación del escenario, acercamiento al suceso, el incidente, y la consecuencia.  Durante las fantasías guiadas, la reacción fisiológica y la subjetiva fueron medidos.



Los resultados fueron sorprendentes.  No hubieron diferencias en las reacciones de los sujetos en los primeros tres escenarios (agresión, neutro y accidente).  En el escenario de auto-lesión, el grupo control (de sujetos no-autolesionadores) su reacción al estímulo subió a niveles muy altos  y se mantuvo ahí durante toda la fantasía, a pesar de las instrucciones de relajación que se presentaban en la etapa de “consecuencias”. En contraste, los autolesionadores experimentaban un incremento en su reacción en las etapas de escenario y acercamiento, hasta que se llegaba a la decisión de la auto-lesión.  En ese momento su tensión disminuía, incluso más abajo que durante la etapa del incidente, y permanecía con niveles bajos.
Estos resultados proporcionan fuerte evidencia de que la autolesión provee un alivio rápido y efectivo de tensión fisiológica.  Haines at al explican que muy a menudo los auto-lesionadores no son capaces de dar explicaciones del porqué se hacen daño.  Los participantes reportaron que seguían teniendo sentimientos negativos aún cuando la reacción psico-fisiológica se hubiera reducido.  Este resultado sugiere entonces que es la alteración de la reacción psico-fisiológica es la que opera para reforzar y mantener la conducta, no la respuesta psicológica.
En otras palabras, la autolesión puede ser preferido como un método para manejar los estados emocionales alterados debido a que tranquiliza al cuerpo de manera rápida y dramática, incluso cuando la gente que se autolesiona pueda tener sentimientos muy negativos después del episodio. Se sienten mal, pero la tremenda presión y tensión psico-fisiológica desaparece.  Herpertz et al (1995) lo explican de la siguiente forma:


Como resumen, podemos decir que los autolesionadores normalmente desaprueban de sentimientos e impulsos de agresivos.  Si no logran suprimirlos, nuestros hallazgos indican que los dirigen hacia ellos mismos. Esto es congruente con lo que dicen los pacientes, en que consideran la auto-lesión como un acto que les ayuda a aliviar una tensión intolerable debido a un estresor interpersonal (p.70)
En un estudio de caso reciente (Sachsse et al, 2002), apoyan la idea de que los actos de autolesión reducen estrés fisiológico y por ende el emocional.  En un grupo de mujeres que se auto-lesionan, midieron el nivel de cortisol por la noches.  La secreción de cortisol se aumenta bajo estrés, por lo cual lo hace un excelente medidor de niveles de estrés.   El estudio consistió en comparar los niveles de cortisol en los días que se auto-lesionaba y en los días que no lo hacían.  El análisis de los resultados demostraron que en los días en que las mujeres se hacían daño, los niveles de cortisol fueron significativamente más bajos que en los demás días.

Otra teoría a cerca de la reducción de estrés, es la expuesta por Herman (1992).  La mayoría de los niños que sufren abuso, descubren que una conmoción o sacudida a su cuerpo, como la producida por una autolesión, puede hacer que emociones intolerables se vayan aunque sea temporalmente.  Esto puede explicar el porqué la autolesión se convierte en un mecanismo de sobrevivencia tan arraigado.
Química cerebral y la serotonina
La química cerebral tiene un papel importante en determinar quién se hace daño y quién no.  Simeon et al (1992) encontró que la gente que se auto-lesiona tienden a estar extremadamente enojados, impulsivos, ansiosos y agresivos, y presenta evidencia que algunos de estos rasgos pueden estar ligados a falta de serotonina en el sistema cerebral.
Favazza (1993) refiriéndose a este estudio y al trabajo de Coccaro en irritabilidad, propone que a lo mejor gente irritable con niveles de función  serotonina normales, logran expresar su irritabilidad hacia fuera, gritando o aventando cosas; gente que tiene una función baja de serotonina voltean su irritabilidad hacia adentro al hacerse daño o con actos suicidas.
Zweig-Frank et al (1994) también sugieren que el grado de la auto-lesión está relacionado con la disfunción de la serotonina.  Recientemente, Steiger et al (2000), en un estudio con bulímicos, encontró que la función de la serotonina en mujeres bulímicas era significativamente más baja que en bulímicas que se auto-lesiona.  Más información en la posible influencia que tiene la serotonina en la auto-lesión se puede encontrar en la página de psicofarmacología.
Características psicológicas comunes en autolesionadores
Hablando en términos generales, es gente que:
--se invalidan / aborrecen fuertemente
--son hipersensibles al rechazo
--están crónicamente enojados, casi siempre con ellos mismos
--tienden a suprimir su enojo
--tienen  niveles muy altos de sentimientos agresivos, los cuales desaprueban de manera contundente, y normalmente o los suprimen o bien los dirigen hacia ellos mismos
--son más impulsivos y les falta más control sobre sus impulsos
--tienden a actuar de acuerdo a su estado de ánimo del momento
--tienden a no planear para el futuro
--están deprimidos y piensan en el suicidio o en al auto-destrucción
--sufren de ansiedad crónica
--tienden a la irritabilidad
--no se consideran como hábiles para manejar situaciones difíciles
--no tienen un repertorio flexible de técnicas para hacer frente a situaciones
--sienten que no tienen suficiente control sobre cómo manejan su vida
--tienden a ser evasivos
--no se ven como personas con poder o autoridad
La gente que se autolesiona (automutila) tiende a no ser capaz de regular bien sus emociones, y parecería que hay una impulsividad basada en cuestiones biológicas.  Tienden a ser un tanto agresivos y es probable que su estado de ánimo al momento de hacerse daño sea una versión intensificada de un estado de ánimo que traen consigo desde hace tiempo (Herpertz 1995).
Al momento de la autolesión (automutilación) , Simeon et al (1992) encontraron que la mayoría de las personas presentan de manera más intensa dos estados emocionales: el enojo y la ansiedad, ambos siendo ya parte de sus rasgos de personalidad.  Linehan (1993a) encontró que la mayoría de los que se hacen daño presentan conductas dependientes a su estado de ánimo, actuando de acuerdo con las demandas de su estado emocional presente en lugar de considerar deseos y metas a largo plazo.


En otro estudio, Herpertz (1995) encontró que además de la poca regulación de emociones, impulsividad y agresión de los autolesionadores,  también presentan una gran cantidad de agresión suprimida, altos niveles de auto-hostilidad y poca planeación:
Podemos resumir que los autolesionadores normalmente desaprueban de emociones e impulsos agresivos.  Si no logran suprimirlos, nuestros hallazgos indican que los dirigirán hacia ellos mismos… Esto apoyado con los reportes de pacientes en que indican que normalmente consideran sus actos de autolesión como una manera de aliviar una tensión intolerable resultado de un estresor interpersonal (p. 70)
Dulit et al (1994) encontraron varias características que presentan la gente que se autolesiona (automutila) con trastorno de personalidad limítrofe:
Más probable que estén en psicoterapia o en medicación
Más probable que presenten diagnóstico de depresión o bulimia
Probabilidad de suicidio más acentuada
En su historial, más intentos de suicidio
Menos interés y actividad sexual
En un estudio de bulímicos que se autolesionan (Favaro and Santonastaso, 1998), los sujetos que sus actos de autolesión eran parcialmente o casi completamente impulsivos, tuvieron puntajes altos en medidas de obsesión-compulsión, somatización, depresión, ansiedad  y hostilidad.


Simeon et al (1992) encontraron que la tendencia de autolesionarse aumenta a la par que la impulsividad, el enojo crónico y la ansiedad somática aumentan.  Lo más alto esté el nivel de enojo crónico inapropiado, lo más severo el grado de la autolesión. También encontraron una combinación de agresión y un pobre control de impulsos.
Población
Conterio and Favazza estiman que el 0.75% de la población occidental presentan conductas de autolesión (automutilación) .  Estudios más recientes de Estados Unidos estiman que el 1% de americanos se auto-lesionan.  En una de sus encuestas en 1986, encontraron que el 97% de los que contestaron fueron mujeres, y cumplían con el perfil de un típico auto-lesionador:  mujer, entre 25 y 35 años de edad, que se hace daño desde su adolescencia.  Tiende a ser de clase media o alta, inteligente, bien educada y con un historial de abuso físico y/o sexual, o bien de un hogar con al menos un padre alcohólico.  Desordenes de la alimentación fueron frecuentemente reportados.
El tipo de autolesión que realizan fue la siguiente:

- Cortarse: 72%
- Quemarse: 35%
- Auto-pegarse: 30%
- Interferencia con la curación de heridas: 22%
- Arrancarse el pelo: 10%
- Romperse huesos: 8%
Varios métodos: 78%
Los encuestados admitieron haber realizado, en promedio, 50 actos de auto-lesión; dos terceras partes admitieron haberse realizado una lesión durante el último mes.  Cabe señalar que el 57% alguna vez tomaron una sobredosis de droga, la mitad de ellos por lo menos cuatro veces; y una tercera parte de toda la muestra esperaban  morir antes pasar cinco años.
La mitad de la muestra había estado hospitalizada debido a la autolesión (un promedio de 240 días).  Únicamente el 14% dijo que la hospitalización les ayudó mucho, el 44% dijo que les ayudo poco, y el 42% que no les ayudó en nada. Sesenta y cuatro por ciento intentaron terapia como pacientes externos (60 sesiones en promedio): el 29% indicó que les ayudó mucho, 47% un poco y el 24% que no les ayudó.  Treinta y ocho por ciento había ingresado a Urgencias del hospital debido a heridas por auto-lesión (una media de 3 visitas).
¿Porqué más mujeres se auto-lesionan?

Aunque resultados de encuestas informales vía el Internet y la audiencia de grupos de apoyo en línea no demuestran una predisposición femenina tan marcada,  los números del estudio de Conterio muestran que hay más mujeres que tienden a utilizar este recurso que los hombres.  Miller (1994) asegura que una razón es que las mujeres están socialmente formadas y acostumbradas a internalizar el enojo y los hombres a externalizarlo. A la par, debido a que los hombres están socialmente entrenados a reprimir sus emociones, cuando tienen que mantenerlas dentro de sí mismos no les causa tanto agobio ni problema.


Ya desde 1985, Barnes reconoció una diferencia estadísticamente significativa debida al sexo del paciente autolesionador al ser diagnosticado en su admisión a un hospital de Toronto: fue más común que a las mujeres se les diagnosticara como presentar un “disturbio situacional transitorio”, y a los hombres diagnosticarlos con un problema de abuso de substancias.   En ambos casos, una cuarta parte de la muestra fueron diagnosticados con trastornos de la personalidad.
Barnes sugiere que se toma más  “en serio” por los médicos a los hombres que se auto-lesionan; únicamente el 3.4% de los hombres se les consideró con problemas situacionales transitorios, comparado con el 11.8% de mujeres.
Sin embargo hay que considerar que en general las estadísticas consideran la gente que recurre a servicio de ayuda,  y hay más mujeres que acuden a estos servicios que hombres.
Causas de Autolesion

Trauma del pasado / invalidación como antecedente

Van der Kolk, Perry y Herman (1991) realizaron un estudio con pacientes que se cortaban y presentaban conductas suicidas.  Encontraron que la existencia de abuso físico o sexual, negligencia física o emocional, y condiciones familiares caóticas durante su infancia y adolescencia, fueron componentes que permitieron predecir de manera confiable la cantidad y severidad de la cortada.


Concluyeron que la negligencia es el componente más poderoso para predecir conductas auto-destructivas.  Esto implica que aunque traumas de la infancia contribuyen fuertemente a la iniciación de conductas auto-destructivas, la falta de relaciones y apegos que brinden seguridad y confianza hacen que la conducta se mantenga.  Los sujetos que no se acordaban de niños sentir que eran especiales o queridos por alguien, como adultos fueron menos capaces de controlar su conducta auto-destructiva.
Mientras más temprano en la edad del paciente se dé el abuso, lo más probable que el sujeto se corte y ésta sea más severa.
En el mismo reporte, van de Kolk et al. hacen notar que la disociación y la frecuencia de experiencias disociativas parecen estar relacionadas con la presencia de actos de auto-lesión. La disociación en adultos ha sido relacionada con abuso, negligencia y traumas en la infancia.  La teoría de que el abuso físico o sexual o el trauma son antecedentes importantes para la auto-lesión, también es expuesta en un artículo de 1989 del “American Journal of Psychiatry”. Greenspan y Samuel presentan tres casos en el que mujeres que aparentemente no tenían ningún antecedente psicopatológico, presentaron conducta de auto-lesión (cortarse) después de una violación traumática. Más en ¿Que es un Trauma?

Invalidación independiente del abuso

Aunque el abuso físico o sexual y la desatención podrían precipitar conductas de auto-lesión, no implica que la inversa ocurra: muchos de los que se hacen daño no sufrieron ningún abuso en su infancia. En 1994 en un estudio realizado por Zweig-Frank et al. se demostró no haber relación alguna entre abuso, disociación y autolesión entre pacientes diagnosticados con el trastorno de personalidad limítrofe.  Un estudio subsiguiente de Brodsky et al. (1995) indicó que el sufrir abuso como niño no implica que como adulto presente disociación y conductas de auto-lesión.
Debido a estos estudios y otras lecturas, se puede decir que hay una característica presente en la gente que se hace daño que no está presente en los que no lo hacen, y la causa es algo más sutil que el haber sufrido abuso en la infancia.
Linehan (1993ª) explica que la gente que se autolesiona (automutila) ha crecido en “ambientes de invalidación”.  Aunque un hogar donde se presenta abuso existe la invalidación, también se presenta en otras situaciones “normales”. Un ambiente de invalidación es aquél donde la comunicación de experiencias privadas e íntimas es recibida por respuestas erráticas, inapropiadas o extremas.  En otras palabras, lo dicho de una experiencia íntima o privada no es validado, en su lugar es castigado y/o trivializado.  La experiencia de emociones dolorosas es negada.  La interpretación que hace el individuo de su propia conducta, incluyendo la intención y motivación de la misma, es descartada.
La invalidación tiene dos características principales.  La primera es que le dice al individuo que está mal  y equivocado tanto en su descripción como es su análisis de su propia experiencia, particularmente en su punto de vista de lo que está causando sus emociones, creencias y acciones.  La segunda, el individuo atribuye su experiencia a rasgos de personalidad que no son socialmente aceptados.
Las respuestas que invalidan pueden ser de diferentes formas:

“Estás enojada pero simplemente no lo admites”
“Dices que no pero lo que realmente quieres decir es sí, yo te conozco”
“Tu lo hiciste (algo que realmente no hiciste).  Deja de mentir”
“Estás hipersensible”
“Simplemente eres una floja”
“No voy a dejar que me manipules de esa forma”
“Anímate, déjalo ir.  Tú lo puedes sobrepasar”
“Si vieras el lado positivo de las cosas y dejaras de ser un pesimista …”
“No estás tratando lo suficiente”
“Vas a ver, si quieres llorar te voy a dar algo por qué realmente llorar”
“¡Ah! Así es la vida (y sigue como si no hubieras dicho nada)
Todos tenemos la experiencia de haber sido invalidados en algún momento, pero para las personas que crecieron en ambientes de invalidación, estos mensajes los recibían constantemente.  A lo mejor los padres tenían buenas intenciones pero se sentían tan incómodos con las emociones negativas que no permitían que sus hijos las expresaran, dando como resultado una invalidación no intencional.  La invalidación crónica puede llevar a la auto-invalidación y auto-desconfianza a nivel subconsciente, y al sentimiento de “yo no importo” que van der Kolk et al. describieron.
Consideraciones biológicas y Neuroquímica
Las investigaciones que se han realizado bajo este rubro, consideran la hipótesis de que la autolesión (automutilación)  resulta de una disminución de neurotransmisores cerebrales necesarios.  Este punto de vista está justificado por la evidencia encontrada por Wichel y Stanley (1991).  Ellos descubrieron que aunque los sistemas de dopamina y de opioide no están implicados en la autolesión, el sistema de serotonina sí lo está.
Drogas que logran que llegue más serotonina al cerebro parecen tener cierto efecto en la conducta de auto-lesión. Wichel y Stanley plantean la hipótesis de una  relación entre este hecho y las similitudes clínicas entre el trastorno obsesivo-compulsivo (que se sabe que se le puede ayudar con drogas que aumenten los niveles de serotonina) y conductas de auto-lesión.  Se dieron cuenta que algunas drogas que estabilizan el estado de ánimo (como Tegretol, Depakote) pueden estabilizar la conducta de hacerse daño.
Coccaro et al. (1997c) han realizado estudios para ver si el sistema de serotonina está implicado en la conducta de autolesión.  Encontraron que la irritabilidad es la conducta central correlacionada con la función de serotonina, y que el tipo de conducta agresiva que se muestra en respuesta a la irritabilidad parece ser dependiente de los niveles de serotonina.  Si los niveles de serotonina son normales, la irritabilidad se expresa gritando, aventando cosas, etc.  Si los niveles de serotonina son bajos, la agresión aumenta y la respuesta a la irritación va en escalada hacia la autolesión, el suicidio o atacar a otros.
Simeon et al. (1992) hallaron que la conducta de auto-lesión (automutilación)  estuvo considerablemente correlacionada negativamente con el número de sitios de unión de la imipramina en plaquetas (los autolesionadores tienen menos sitios de unión de imipramina en plaquetas, un nivel de actividad de la serotonina) y observan que esto “puede reflejar disfunción serotonérgica central con inhibición pre-sináptica de la liberación de serotonina. . . . La disfunción serotonérgica puede facilitar la autolesión”.
Cuando estos resultados son considerados a la luz de trabajos como el de Stoff et al. (1987) y Birmaher et al. (1990), que vinculan los números reducidos de sitios de unión de la imipramina en plaquetas con la impulsividad y agresión, parece que la clasificación más adecuada para la conducta de auto-lesión podría ser un desorden del control de los impulsos similar a la tricotilomanía, cleptomanía, o juego compulsivo.

Herpertz (Herpertz et al, 1995; Herpertz y Favazza, 1997) ha investigado la forma en que los niveles de prolactina en la sangre responden a dosis de d-fenfluramina en sujetos que se autolesionan y sujetos que no lo hacen. La respuesta de la prolactina en los sujetos auto-esionadores fue deficiente, lo cual “sugiere un déficit en toda, y principalmente, la función central pre-sináptica 5-HT (serotonina)”. Stein et al. (1996) hallaron un déficit similar en la respuesta de prolactina en el desafío a la fenfluramina en sujetos con trastorno compulsivo de la personalidad, y Coccaro et al. (1997c) hallaron que la respuesta de prolactina variaba inversamente con las puntuaciones en la escala de “Historia de Vida con Respecto a la Agresión”.
No está claro si estas anormalidades son causadas por experiencias de trauma/abuso/invalidación o bien si algunos individuos con este tipo de anormalidades cerebrales tienen experiencias traumáticas que les imposibilita aprender maneras efectivas de manejar situaciones estresantes, y por ende, sienten que tienen poco control sobre lo que les pasa y acaban por recurrir a la auto-lesión como mecanismo de sobrevivencia.
Saber cuando parar – el dolor no es un factor

Muchos de los que se autolesionan (automutilan) no logran explicar bien su conducta, pero lo que sí saben es cuando parar una sesión de auto-lesión.  Después de cierta cantidad de heridas, su necesidad o desesperación es de alguna manera resuelta, y la persona se siente tranquila, calmada, en paz.  Únicamente el 10% de los encuestados por Conterio y Favazza (1986) reportaron sentir “mucho dolor al lesionarse; el 23% reportaron dolor moderado, y el 67% reportaron tener poco o nada de dolor.  En un estudio (Richardson y Zaleski, 1986) se les dio a los auto-lesionadores Naxolone, una droga que bloquea la acción de la reducción de dolor de las endorfinas producidas naturalmente por el cuerpo.  Los resultados indican que no fue efectiva, es decir, seguían reportando sentir poco o nada de dolor.  El dolor no influye en parar las lesiones.  Haines et al. (1995) encontraron que la reducción de tensión psico-fisiológica es el propósito principal de la auto-lesión.  Cuando cierto nivel de tranquilidad fisiológica se logra, el autolesionador ya no siente la urgencia de hacerle daño a su cuerpo.  La falta de dolor puede ser debida a la disociación que ocurre en el momento, o bien en que la auto-lesión sirve para poder enfocarse al 100% en algo concreto y el resto de los estímulos son bloqueados, incluyendo el dolor físico y emocional
Condicionamiento operante

Es importante tener en cuenta que las explicaciones basadas en el condicionamiento operante son relevantes cuando se trabaja con la autolesión estereotipada (personas con retraso mental, autistas, psicóticos), y menos útiles con conductas episódicas o repetitivas.
Para explicar la auto-lesión (automutilación) en términos de condicionamiento operante, se parte de dos paradigmas.  Uno es el que los individuos que se autolesionan tienen un reforzamiento positivo al llamar y obtener la atención, y por ende tienden a repetir estos actos.  Una de las implicaciones de esta teoría es que la estimulación sensorial asociada al auto-daño podría servir como reforzador positivo y en consecuencia ser un estímulo para el auto-abuso en el futuro.
El otro paradigma plantea que los individuos que se autolesionan lo hacen para remover estímulos adversos o condiciones desagradables (emocionales, físicas). Este paradigma de reforzamiento negativo, tiene eco en una investigación que indica que la intensidad de la auto-lesión puede incrementar al incrementar la “demanda” de la situación.  De hecho, la auto-lesión es una manera de escapar de un dolor emocional intolerable.
Contingencias sensoriales

Una de las hipótesis más comunes es que la gente que se hace daño están tratando de mediar los niveles de de los estímulos sensoriales.  La autolesión puede incrementar la sensación sensorial (se reporta que las personas al hacerse daño se sienten más “reales”) o disminuirla al enmascarar un input sensorial que es inclusive más estresante que la auto-lesión.
Esto está relacionado con lo que Haines y Williams (1997) encontraron: la autolesión (automutilación)  provee una liberación dramática de una tensión / estimulación fisiológica.  Cataldo y Harris (1982) concluyen que las teorías de estimulación sensorial, aunque satisfactorias en su parsimonia, requieren tomar en cuenta las bases biológicas de estos factores.
Familia y Amigos
¿Qué hacer si alguien cercano te cuenta que se está autolesionando?, ¿Qué tal si te das cuenta que un conocido o ser querido se está haciendo daño?

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