EL SUEÑO ES UNA REALIZACIÓN DE
DESEOS Y SU MOTIVO UN DESEO
Antes de que Freud escribiera La
Interpretación de los sueños, lo que de estos era recordado al despertar era
interpretado como una manifestación benigna u hostil de los poderes
supraterrenos, demoníacos o divinos. Con el florecimiento de la disciplina intelectual
de las ciencias físicas, toda esta significativa mitología se ha transformado
en psicología, y actualmente son muy pocos, entre los hombres cultos, los que
dudan aún de que los sueños son una propia función psíquica del durmiente.
Pero para poder seguir hemos de
plantearnos dos preguntas, la primera respecto a la significación psíquica del
acto de soñar, al lugar que el sueño ocupa entre los demás procesos anímicos y
a su eventual función biológica. Y la segunda, respecto a si los sueños pueden ser
interpretados; es decir, si cada uno de ellos tiene un sentido, como estamos
acostumbrados a otros procesos psíquicos.
La respuestas a estas preguntas
fueron obtenidas al aplicar sobre los sueños un nuevo método de investigación
psicológica del que se habían obtenido grandes resultados en la solución de las
fobias, obsesiones y delirios, dicho método no es otro que el psicoanálisis.
Las obsesiones y los delirios son
tan extraños a la conciencia normal como los sueños a la conciencia despierta,
para la cual permanecen igualmente desconocidos sus orígenes.
El resultado de emplear este
método a la interpretación de los sueños, lleva a una serie de pensamientos y
recuerdos, que se muestran en íntima relación con el contenido del sueño, pero
dicha relación es de tal naturaleza, que del contenido del sueño, nunca
hubiésemos podido deducir directamente el resultado.
Durante el trabajo de
investigación realizado por Freud surgen nuevas observaciones, nos dice: He
observado dos cosas nuevas, que el contenido del sueño es mucho más breve que
aquellos pensamientos cuyo sustitutivo he convenido en declararle y que el
análisis ha descubierto como estímulo provocador del sueño un nimio suceso del
día anterior al mismo.
Distinguiremos el sueño, tal y
como aparece en nuestro recuerdo, del material correspondiente hallado por
medio del análisis, y denominaremos al primero contenido manifiesto del sueño,
y al segundo contenido latente del mismo.
Nos hallamos entonces ante dos
problemas, hasta ahora no planteados: 1º Cuál es el proceso psíquico que ha
transformado el contenido latente en contenido manifiesto, que es el que por mi
recuerdo conozco. 2º Qué motivo o motivos son los que han hecho necesaria esta
traducción.
El proceso de conversión del
contenido latente en contenido manifiesto lo denominaremos trabajo del sueño,
siendo el análisis la labor contraria que lleva a cabo la labor opuesta.
Precisamente por la reacción del
contenido latente al contenido manifiesto, dividimos los sueños en tres
categorías:
- Aquellos sueños que poseen un
sentido y que a la vez son incomprensibles, es decir, susceptibles de ser
incluidos sin violencia en nuestra vida psíquica.
Tales sueños, breves en general,
son muy frecuentes y no despiertan nuestra atención por carecer de todo aquello
que pudiera causarnos extrañeza y asombro.
- Aquellos sueños que, aunque
presentan coherencia y poseen un claro sentido, nos causan extrañeza por no
saber cómo incluir dicho sentido en nuestra vida psíquica.
- Aquellos sueños que carecen de
ambas cualidades: sentido y comprensibilidad, y se nos muestran incoherentes,
embrollados y faltos de sentido. La mayoría de nuestros sueños presentan estos
caracteres negativos que motivan nuestro despreciativo juicio sobre ellos.
En el capítulo 2 de la
Interpretación de los sueños Freud nos dice en la segunda línea del texto: Me
he propuesto demostrar que los sueños son susceptibles de interpretación.
Un mismo sueño puede presentar
diferentes sentidos, según quien lo sueñe o el estado individual al que se
relacione.
Siguiendo el método de
interpretación onírica, hallamos que el sueño tiene realmente un sentido. Una
vez llevada a cabo la interpretación completa de un sueño, se nos revela éste
como una realización de deseos. El contenido de los sueños es una realización
de deseos, y su motivo un deseo.
Por Magdalena S.
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