¿Por qué los adolescentes son rebeldes?
Ricardo, todos los días discute con sus padres, pues a pesar
de tener dos relojes despertadores, dice que “no los escucha” y ellos
materialmente lo arrancan de las cobijas para ir a la escuela a las seis de la
mañana.
Fernanda, dejó de ser la niña tierna y desde que se junta
con sus nuevas amigas de la prepa no obedece ni hace sus quehaceres de la casa.
Rodrigo, es muy creativo e inteligente, pero a pesar de
ello, todas las mañanas hace grandes esfuerzos por poner atención en las clases
y ha tenido varios reportes por estar distraído en el salón.
Esperanza, tuvo un romance con Adal y se le ocurrió la idea
de enviarle un video en donde posa semidesnuda con tal de volver a recuperarlo,
un par de días más se enteró que éste circula por toda la escuela a través de
las redes sociales.
Pedro, “el ardilla”, así lo conocen sus amigos, termino con
un brazo fracturado al practicar parkour, lo que él llama su disciplina o
filosofía de vida. Este percance sucedió después de saltar de un edificio a
otro de azotea a azotea.
Ricardo, no es un chico perezoso, pero “no es capaz de
levantarse porque su reloj biológico” (El reloj interno, 2011) le pide de forma
natural, descansar más tiempo.
Fernanda, disfruta de su actividad principal, la interacción
social con sus amigas porque sus niveles de la “hormona oxitocina son altos y
tiene un fuerte apego” (Dobbs, 2011) por ellas, se siente aceptada e
identificada en ese grupo y la convivencia con ellas es su actividad principal,
no los quehaceres de la casa.
Rodrigo, no es consciente de que los axones de sus neuronas
en el cerebro están mielinisándose y engrosándose para tener una mejor
conducción eléctrica neuronal y tampoco está consciente de que las sinapsis de
sus neuronas actúan de forma caótica y eso le distrae con diferentes
pensamientos, físicamente está en el salón, pero su cabeza está en otra parte,
su cerebro en ocasiones piensa de forma desordenada y no puede concentrarse y
eso seguirá sucediendo, posiblemente hasta alcanzar su madurez cerebral pasando
los 25 años seguramente. En las últimas décadas se ha descubierto que el
cerebro es capaz durante toda la vida de cambiar su estructura y su
configuración (Plasticidad cerebral, 2011), (Los neurotransmisores en general,
2011).
Esperanza está a su máxima capacidad en la producción de
oxitocina, y ello le hace sentirse enamorada y empática con su novio, lo mismo
le sucede con la dopamina, que le hace sentir una gran atracción y placer al
estar con él. También, le hace actuar emocionalmente y no le permite pensar en
las consecuencias de sus actos los cuales le hacen víctima del sexting, ahora
mediante el uso de las redes sociales toda la escuela sabe de este
acontecimiento (Sexting, 2011) y ella no sabe ¿Qué hacer, ni cómo enfrentar
esto?.
Finalmente, Pedro, ”el ardilla”, es un chico con mucha testosterona (le hace
ser más agresivo, defender su territorio y retar a la autoridad), mucha
adrenalina (el cerebro de alguien se acelera y se ve el mundo más lento en una
situaciones de alta adrenalina) y norepinefrina (le da energía excesiva), mucha
dopamina (le permite aprender con rapidez nuevos y peligrosos saltos), la pasa
arriesgando su vida, saltando como super héroe de azotea en azotea, el placer
experimentado es más grande que en los costos si algo sale mal en el parkour,
su disciplina o filosofía de vida (El cerebro masculino, 2011), (Parkour,
2011), (Tiempo personal 4a, 2011).
Y todos ellos, adolescentes que son considerados por sus
padres y maestros como chicos rebeldes. ¿Será realmente cierto o su
comportamiento es producto de un cerebro que está en proceso de maduración?
Rebeldía pasiva y activa
Hace un par de años, solía conocerse como rebeldía activa a
todo aquel acto en donde los adolescentes retaban a la autoridad y hacían exactamente
todo lo contrario a lo que les indicaba.
En contraparte bajo el término de rebeldía pasiva, era identificada como
la relación en donde un chico recibía una orden o sugerencia, por ejemplo,
“¡por favor, Enrique, termina tu tarea, y deja ya los videojuegos!, y la
respuesta es: … ¡ahorita!. Por supuesto, puede pasar más de una hora con el
mismo juego verbal entre Enrique y su madre.
Retomando los planteamientos de Cuadro (1999), “la rebeldía
en los adolescentes es una oposición a la autoridad; así como una contradicción
a los principios y a la conducta paterna”. Por supuesto que ello, atraviesa
prácticamente todas las posibilidades de interacción social de los adolescentes
y su entorno: casa, escuela, reuniones con sus amigos, partidos de fut bol,
idas al cine y más.
La importancia del presente análisis no solo reside en que
una rebeldía mal encauzada es destructiva, sino también en conocer los nuevos
paradigmas relacionados con el análisis de los adolescentes. Los datos que
ahora conocemos, cuestionan fuertemente los planteamientos que hemos realizado
desde la psicología y otras ciencias en relación a la adolescencia. Y, sugieren
abandonar viejos esquemas e incorporar nuevas formas, nuevos modelos, nuevas
leyes de explicación de los hechos.
Una nueva visión de la realidad
Las formas de ver u observar la realidad, se rompen de forma
sorprendente cada vez que la ciencia nos permite observar lo no observable a
nuestros ojos. Como resultado de ello,
se rompen nuestros paradigmas, nuestras maneras de ver la realidad y cuando
ello sucede, “la realidad vuelve a cero”, como lo señala el futurólogo Joel
Baker (Idea de paradigma, 2011).
La nueva realidad de los adolescentes
Con la ayuda de potentes microscopios la realidad vuelve a
cambiar cuando analizamos la conducta humana y “mediante las técnicas de
neuroimagen se puede estudiar el cerebro con lujo de detalle, tanto en lo
referente a la estructura como a la función cerebral”, como lo señala Richard
Haier, Neurocientífico, Mind Research Network, Univ. New Mexico (Podemos leer
la mente, 2011).
Pues bien, pudiera ser que nuestros conocimientos
relacionados con la adolescencia podrían regresar a cero y si somos incapaces
de aprender ¿qué es lo que está pasando en sus cerebros?, los problemas de
interacción social podrían tener un
cauce más positivo.
Como lo menciona el futurólogo Joel Barker (2011), “si uno
es flexible en sus paradigmas lo que escuchará serán oportunidades, de lo
contrario escucharemos amenazas (Paradigmas, 2011).
El cerebro de los adolescentes
Metafóricamente si pensamos en las neuronas como un árbol,
un roble, el tronco sería el axón y las ramas las dendritas, y el cerebro de
los adolescentes primero necesita engrosar su tronco, tener muchas ramas, y al
llegar a la madurez, conservar la fortaleza de su tronco, podar las ramas que
no dan frutos y quedarse únicamente con las que si los darán.
Para llegar a la madurez necesaria el cerebro de los
adolescentes sufre cambios sustanciales:
los axones se van engrosando con una sustancia grasosa y
aislante llamada mielina (es la materia blanca del cerebro) para mejorar la
corriente eléctrica y su velocidad de transmisión aumenta hasta 100 veces,
Las ramas de las cabezas de las neuronas que se usan para
establecer comunicación con otras neuronas crecen también, pero a medida que
vamos creciendo se perderán esas ramas (poda neuronal) y solamente quedarán
aquellas verdaderamente importantes para realizar las conductas aprendidas,
3) este cambio en la estructura del cerebro parte desde la nuca
(las zonas más cercanas al tallo cerebral) hasta la frente (área frontal)
comprende en principio las áreas más sensoriales como la visión (localizada en
el área occipital, arriba de la nuca) pasando por las zonas relacionadas con el
movimiento, llegando finalmente a la corteza prefontal una zona más
evolucionada,
4) el mismo procedimiento de poda y engrosamiento neuronal
llega al área que une los dos hemisferios cerebrales, llamado cuerpo calloso y
5) para cerrar con broche de oro el director de la orquesta
(hipocampo) se encarga de coordinar todos los procesos de memoria con todas las
zonas del cerebro implicadas con el fin de establecer metas conductuales y
comparar planes diferentes; el resultado es que nos volvemos más hábiles para
integrar la memoria y la experiencia a nuestras decisiones.
Al mismo tiempo, las zonas frontales desarrollan mayor
velocidad y conexiones más ricas, permitiendo generar y sopesar muchas más
variables y planes que antes (Dobbs, 2011).
En cuanto desarrollo cerebral, la madurez no llega hasta los
20, o incluso a los 30 años. Sarah
Jayne Blakemore, del Institute of Cognitive Neuroscience del University College
London (UCL) (Plasticidad cerebral, 2011).
La influencia de los mensajeros químicos
En psicología analizamos las estructuras (órganos, tejidos y
sistemas incluyendo células), los procesos (los mensajeros químicos como los
neuroconductores y las hormonas) y productos (la conducta en sí como la
rebeldía).
Dentro de nuestro cuerpo se encuentran órganos y sustancias
ubicadas estratégicamente con el fin de
ayudar o apoyar ciertas funciones de nuestro organismo, estas funcionan como
mensajeros quienes se encargan de traer
y llevar órdenes: las hormonas y las neuronas.
Son mensajeros químicos: la dopamina, la norepinefrina,
oxitocina, testosterona, serotonina, vasopresina y otros más.
La influencia del tiempo
Hay otra experiencia interna que se vive directamente en el
cerebro: el tiempo.
El tiempo es invisible, el tiempo es intocable y sin embargo
el tiempo controla nuestra vida.
El más disfuncional de los relojes biológicos es el de los
adolescentes. En la escuela por la mañana, los adolescentes parecen no estar en
su mejor momento para trabajar. Padres y maestros luchan todos los días con los
adolescentes para activarlos durante el día, pero esto se debe a su reloj
biológico. Los seres humanos tienen su propio mecanismo de cronometraje interno
o reloj biológico. Cuando dormimos, bebemos, comemos o nos ejercitamos nuestro
reloj interno dirige estas actividades. Mucha gente piensa que los adolescentes
son perezosos y seguramente algunos lo son, pero es una predisposición
biológica ir a la cama tarde y levantarse tarde. Esto podría suponer cambios
radicales en la educación pues la biología de la adolescencia podría dictar el
formato de su horario escolar. El mejor momento para estudiar sería entre las
11 am y las 15 hrs., y después tomar clases por su cuenta. Simplemente
prestando atención a su reloj biológico podría ser posible mejorar la educación
y los resultados académicos de todo el país (Reloj biológico, 2011).
Reflexiones finales
Los cambios por venir, entre otros, implicarían mover los
horarios en las escuelas secundarias,
preparatorias y universidades, para hacer más óptimo el aprendizaje de
los adolescentes.
La capacitación y el aprendizaje de parte de padres y
autoridades con el fin de ajustarnos nuevamente a nuestros ritmos biológicos
naturales.
Enseñar a los adolescentes los riesgos de no saber manejar sus
emociones.
Como padres orientar a nuestros hijos con amor, pero con
disciplina.
Capacitar en las escuelas con métodos alternativos para
bajar el estrés como clases de meditación.
Incentivar torneos deportivos para sacar de una forma más
sana la agresividad de los adolescentes producto de la mezcla de
neuroconductores y hormonas.
Bibliografía y referencias electrónicas
Brizendine
L. (2010) El cerebro masculino, Editorial RBA, Barcelona.
Cuadro O. (1999). Cómo educar hijos rebeldes, Editorial Lumen, Argentina.
Dobbs D. (2011) Cerebros hermosos, Revista National Geografphic en Español octubre, México.
El cerebro masculino (2011).
Cuadro O. (1999). Cómo educar hijos rebeldes, Editorial Lumen, Argentina.
Dobbs D. (2011) Cerebros hermosos, Revista National Geografphic en Español octubre, México.
El cerebro masculino (2011).
CEDAFI
No hay comentarios:
Publicar un comentario