Mi hijo es Mordelon??? Que hago???
Los niños pequeños son adorables: ríen, abrazan, corren, se
carcajean y se acurrucan junto a sus papás cuando están cansados. Pero como
diría cualquier padre, también hacen cosas no tan adorables, como patear,
gritar … o morder.
El hábito de morder es bastante común en niños de 1 a 3 años
pero el que sea algo común sirve de poco
consuelo si es tu hijo el que muerde. Después de todo, nadie quiere que su
pequeño sea considerado la amenaza de su grupo de amigos o que acumule reportes
de la guardería o el preescolar por esta conducta “indeseada”.
En ocasiones morder forma parte de otra etapa que se debe
atravesar, pero no siempre es así. Existen diferentes formas de saber los
motivos por los que el niño esta mordiendo y de resolver el conflicto
adecuadamente. A continuación se exponen algunas ideas para frenar este tipo de
comportamiento.
¿Por qué muerden los niños pequeños?
Aunque usted no lo crea, la acción de morder es parte del
desarrollo de la infancia temprana. Los bebés y los niños pequeños muerden por
diferentes razones, como la primera dentición o la exploración de un nuevo
juguete u objeto con la boca (“fase oral”). Debido a que empiezan a comprender
la relación entre causa y efecto, también pueden morder a una persona para ver
si logran una reacción.
Morder también puede ser una manera de llamar la atención o
de expresar sus sentimientos. La frustración, el enojo y el miedo son emociones
fuertes y los niños no siempre tienen las habilidades lingüísticas necesarias
para expresarlas. Por lo tanto, si no encuentran rápidamente las palabras que
necesitan o no pueden expresar lo que sienten, tal vez recurran a la acción de
morder como una forma de decir: “¡Préstenme atención!” o “¡No me gusta!”.
El hábito de morder es un poco más común en los varones y
suele ocurrir más a menudo entre el primer y el tercer año de vida. A medida
que se desarrollan las habilidades lingüísticas, también lo hacen las
habilidades para afrontar situaciones y el hábito de morder tiende a reducirse.
¿Cómo frenar el hábito de morder?
En el caso de este hábito, es importante enfrentar el
comportamiento apenas se produce. La próxima vez que su hijo muerda a otro
niño, separe a los niños involucrados e intente seguir estos pasos (si las
mordeduras se presentan también en la escuela, pregunte a la maestra si le es
posible seguir estos pasos para llevar la misma metodología en ambos
ambientes):
Paso 1: Permanezca calmado pero sea firme. Dígale a su hijo
con firmeza: “¡No muerdas!” o “¡Eso no se hace!” Hágalo simple y fácil para que
lo pueda comprender un niño pequeño. Deje en claro que morder está mal, pero
evite explicaciones largas hasta que su hijo tenga la edad suficiente como para
comprenderlas. Mantenerse los más calmado posible ayuda a resolver la situación
con mayor rapidez.
Paso 2 (pero casi tan inmediato como el paso 1): Consuele a
la víctima. Dirija su atención a la persona que fue mordida, especialmente si
es otro niño. Omita la atención que su hijo está pidiendo con el llanto
producido con el regaño o llamada de atención. Atienda la herida de la víctima
y deje que su hijo observe; generalmente esto le hace comprender que ha hecho
un daño o que algo en su acción no fue adecuada (puesto que mamá lo está
“ignorando”). Si se produjo una lesión,
limpie el área con agua y jabón, y colóquele hielo.
Paso 3: Consuele al victimario, si es necesario. Si su hijo
se da cuenta de que ha lastimado a otro niño y se muestra angustiado, está bien
consolarlo, pero es muy importante que la firmeza y consecuencia negativa por
la acción de morder se mantengan en pie.
Paso 4: Ofrezca alternativas. Una vez que se ha calmado la
situación, sugiera alternativas a la acción de morder, como el uso de las
palabras “no”, “alto” y “eso es mío” para comunicarse con los demás.
Paso 5: Redireccione. La distracción hace maravillas con los
niños de esta edad. Si los niveles de emoción y energía son elevados o si se ha
caído en el aburrimiento, ayude a redirigir la atención del pequeño a una
actividad más positiva, como poner música y bailar, pintar, saliendo a caminar
o acudiendo a un parque a jugar.
En ocasiones una consecuencia muy complicada puede no
funcionar por la incapacidad del niño para entenderla, es por esto que un
“tiempo fuera” bien aplicado, en un área sin distracciones (como una sillita en
la cocina o al final de la escalera) puede ser mejor que la supresión de otras
recompensas. Como regla general, se sugiere que los tiempos fuera duren
alrededor de uno o dos minutos por año de edad. Sobretodo en niños más
pequeños. En niños de 2 a 3 años, pueden aplicarse consecuencias diferentes
siempre y cuando nos aseguremos que las comprenden (Ej. No comer dulces, no ver
la tele, no salir al parque, etc.)
Crear un ambiente libre de mordeduras
Es muy importante crear un ambiente de “Cero tolerancia a
las mordidas”, tanto en casa como fuera de ella. A continuación, algunos tips
para hacer que su hijo “regrese al buen camino”:
Sea constante. Refuerce la regla de “no morder” en todo
momento.
Use el refuerzo positivo. Ademas de poner consecuencias por
las acciones negativas, asegúrese de elogiar a su hijo cuando se comporte bien.
En principio, esto puede ayudar a evitar que su hijo muerda.
Permítales anticiparse a las situaciones nuevas. Los niños pequeños
se pueden sentir más cómodos y pueden no tener la necesidad de morder si saben
lo que se espera de ellos en situaciones nuevas o de altos niveles de energía
(fiestas, reuniones del salón, almuerzo en un restaurante nuevo, etc.).
Explíquele a dónde irán y qué pasará, hágale sentir que lo acompañará y estará
al pendiente de él siempre.
Busque alternativas. A medida que se desarrollan las
habilidades lingüísticas de su hijo, puede ayudarlo a encontrar otras maneras
más seguras de expresar las emociones negativas. Por ejemplo, pedirles a los
niños que “utilicen sus palabras” cuando se sienten frustrados o alterados
puede ayudarlos a calmarse. Si necesita ayuda, un psicólogo infantil puede
analizar con usted maneras de enseñarle a su hijo a manejar las emociones
fuertes y expresar sus sentimientos en forma saludable.
¿Cuándo buscar ayuda?
Aunque es común que los bebés y los niños muerdan, que lo
hagan en exceso y tengan otros comportamientos hostiles puede indicar que hay
algo que les molesta. Además, si este hábito sigue después de los 3 años, puede
indicar algo más.
Si está preocupado por el comportamiento de su hijo, acudir
a una cita con un psicólogo infantil .
Aqui en familias inteligentes CEDAFI Te podemos brindar orientación y hacer que
se sienta más tranquilo, además de ofrecerle alternativas y tips sobre cómo
detener las conductas “agresivas” o hostiles de su pequeño.
tengo un hijito de año y medio, y muerde, a tofdo niño que se le hacerque, hemos hecho mil cosas para que deje de morder pero aun asi no hemos encontrado solucion, hasta en la guarderia ha lastimado a muchos niños que nos ha hecho tener prblemitas por las quejas de las mamas de aquellos niños, no se como parar est, definitivamente me siento muy mal por que a mi bebe lo discriminan por eso.. que hago?
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