25 de septiembre de 2012

EL SENTIDO DEL HUMOR Y EL SEXO



EL SENTIDO DEL HUMOR Y EL SEXO


Cuando una persona, hombre o mujer, está permanentemente con una expresión facial rígida y es negativa y malhumorada, es un lugar común caer en esto de “seguro hace años que no tiene sexo, o si lo practica entonces será pésimo”. Ligar a la insatisfacción sexual o a la ausencia de relaciones sexuales con el mal humor o un carácter poco amigable es algo generalizado y que se toma como una realidad incuestionable. ¿Pero es tan cierto?

Veamos. Definitivamente hay una relación directa entre el buen humor y tener una sexualidad frecuente, plena y con buenos orgasmos. Los beneficios de la satisfacción sexual son diversos, los hemos tratado en este espacio y es clara su influencia positiva en el estado de ánimo y la autoestima. El orgasmo como tal se caracteriza por la liberación de varios componentes químicos, especialmente las endorfinas, que tienen un efecto anímico benéfico. El propio placer sexual, la cercanía afectiva con la pareja, el sentir que tenemos capacidad para disfrutar y producir el disfrute en alguien que queremos y deseamos, sin dudas que son factores que alimentan la autoestima. Entonces cuando tenemos una vida sexual con esas características, no hay garantía de buen humor pero sí muchas más probabilidades de conseguirlo.

Otra relación entre sentido del humor y sexualidad. Las personas con una mirada positiva, que tienden a reírse incluso hasta de sus defectos o de sus problemas, tienden a disfrutar más del sexo, a ser más creativas y a minimizar aquellas situaciones que en otros casos podrían afectar seriamente a la respuesta sexual. Por ejemplo si un hombre pasa por un episodio de pérdida de la erección y toma ese hecho de manera humorística, no va a sentirse traumado y por lo tanto la próxima vez que intente una relación sexual se sentirá relajado y sin la presión de que eso no debe ocurrirle de nuevo.

Los problemas y disfunciones sexuales no son las únicas situaciones que producen mal humor o estado de ánimo depresivo. Alguien podría funcionar sexualmente de manera adecuada a sus expectativas, o incluso tener una frecuencia sexual alta, y sin embargo por problemas psicológicos, de pareja, familiares o de su vida cotidiana sentirse con un tono anímico bajo. Pero en el consultorio sexológico vemos como existe la predisposición al mal humor, al pesimismo y la negatividad en pacientes que sufren debajo de las sábanas. Las perturbaciones de la sexualidad son difíciles de asimilar, y están asociadas a temores y creencias que con el tiempo se trasladan a la vida cotidiana.



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