POR QUÉ ROBAN LOS NIÑOS?
Robar, es uno de los comportamientos de los hijos que suelen
dejar a los padres perplejos y confundidos, sin saber qué hacer ni cómo
abordarlo, ya sea con niños o con adolescentes.
No obstante, “robar
forma parte del proceso ‘normal’ de desarrollo del niño, normal pero no
correcto, y los papas no pueden dormirse en sus laureles”, afirma el psicólogo
Juan Pablo Arredondo. La conducta del robo infantil debe entenderse como un
asunto de manejo de la frustración. “Para el niño, lo que se pone a prueba es
su capacidad para tolerar que las cosas no siempre resultan como él las quiere,
y puede intentar pedirlas (los pedinches) o abusar del mecanismo para conseguir
lo que quiere tener”, explica el especialista.
El niño pequeño suele tomar el objeto que desea y punto, y
puede continuar este comportamiento hasta los cuatro o cinco años, cuando
agrega a este impulso una estrategia para conseguirlo, como la distracción del
otro o esperar a estar solo y ocultar su hurto.
Las explicaciones de
los niños suelen ser muy imprecisas como “me lo encontré” o “me lo regalaron”.
Etapas y características del robo:
De 0 a 3 años
Es normal, pero no correcto, que un niño pequeño tome algo
que desea o le llame la atención, lo que no puede considerarse un robo.
De 3 a 5 años
En esta etapa los padres tienen que educar de manera activa
a sus niños acerca de la propiedad ajena cuando tomen algo que no les
pertenezca, y pedirles que reflexionen si les gustaría que alguien les robara
sus cosas. No debemos sermonearlos ni ponerles etiquetas como “eres malo”,
“ladrón” o “ratero”.
De los 5 años en adelante
·
Aunque los niños hayan aprendido que robar es
malo, pueden hacerlo por varias razones:
·
Tener cosas iguales a las de su hermano que
perciben favorecido por los padres.
·
Mostrar valentía ante sus amigos o para ser
aceptado.
·
Hacer regalos.
·
Temor a la dependencia de otros (obtener lo que
desean sin pedirlo).
·
Recibir atención y afecto. El efecto robado se
convierte en un sustituto.
Acciones efectivas de los padres frente al robo:
·
Decir al niño que robar está mal, PERO NO
etiquetarlo a él de ladrón, ni predecirle que será un delincuente cuando
crezca.
·
Ayudar al adolescente a resarcir el daño, pagar
o devolver el objeto robado.
·
Impedir que el niño se beneficie del robo bajo
ninguna circunstancia.
·
Dejar claro que robar es un comportamiento
inaceptable dentro de la familia y la comunidad.
·
Ayudarle a reflexionar en lo que puede sentir la
persona que es despojada de su bien.
·
Dar un buen ejemplo.
Una vez que el niño ha resarcido el daño, los padres deben
permitirle comenzar de nuevo sin recriminaciones que lo llenen de culpa.
Si el problema
persiste y está acompañado de otros comportamientos nocivos, debe buscarse
ayuda profesional para valorar las razones de fondo y atenderlas.
Es muy importante diferenciar el robo de la cleptomanía, que
es un trastorno de la conducta en el cual el objeto sustraído no tiene un valor
en sí mismo, sino que representa liberación de la ansiedad, como tomar un clip
de la maestra.
La cleptomanía es un síntoma, una conducta que libera la
tensión acumulada por otros problemas como:
·
Carencias afectivas
·
Necesidad de llamar la atención
·
Ansiedad
·
Depresión
·
Enojo
·
Rivalidad con los hermanos
Los niños que roban repetidamente tienen dificultad para
confiar en otras personas y para establecer buenas relaciones con los demás.
¿Cuándo debemos considerar que un chico ha traspasado el
límite? Cuando el robo es:
Originado por emociones: frente a la “oportunidad”
(pertenencias no vigiladas, casas o carros abiertos), por aburrimiento o falta
de actividades estructuradas como asistir a la escuela, por considerar que el
delito de robo no es algo serio.
Dirigido por la recompensa: deseo de obtener bienes
materiales, estar consciente de que se hace por carecer de medios alternativos
para conseguir lo que se desea.
Fuente: Elaborado con base en: American Academy of Child
& Adolescent Psychiatry, “Los niños que roban” núm. 12, EUA, 2009.
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